Según la sabiduría de la Cabalá, la causa de la crisis actual radica en las leyes que rigen la naturaleza y la forma en que nosotros, la humanidad, nos relacionamos con ellas. Como la ciencia lo ha comprobado, la naturaleza se mantiene en constante armonía y equilibrio, pero, de verse amenazados, de inmediato se activan los mecanismos necesarios para restaurarlos. *Rav Dr. Michael Laitman
Una mirada rápida a los recientes desastres naturales alrededor del mundo, nos revela un patrón de sucesos de creciente severidad y frecuencia. Las inundaciones en Chiapas y Tabasco causaron gran devastación. Otros hechos, el terremoto en Perú y los torrentes provocados por el monzón en China. Los incendios en Italia y Grecia afectaron grandes extensiones de terreno, dejando poblados reducidos a cenizas. En Japón, la central de energía nuclear más importante fue clausurada tras un sismo que provocó una fuga radioactiva.
Muchos científicos ya están admitiendo que estos desastres son tan sólo la punta de un iceberg de inconmensurables proporciones. Ya no nos preguntamos si una catástrofe mayor podría ocurrir, sino cuándo sucederá. ¿Será posible que el ambientalista James Lovelock tuviera razón al titular su libro La venganza de Gaia (Tierra, según la mitología griega)?
El clima está de moda
Hollywood también ha hecho suyo este tema. Los documentales de Al Gore Una verdad incómoda y La hora once, son claros ejemplos de esta tendencia. A casi 250 años de la revolución industrial finalmente empezamos a admitir sus consecuencias. Si antes nos preocupaba la supervivencia de algunas especies, hoy la supervivencia de todas las especies, incluyendo la nuestra, se encuentra en peligro.
El hombre es el lobo del hombre
Cada día nos volvemos más y más egoístas. El hombre no sólo explota a sus semejantes, a los animales, plantas y minerales, sino que también se complace en erigirse sobre la ruina de los demás. Y entre más egoístas somos, mayor es la reacción de la naturaleza para restablecer el equilibrio. Por esta razón, sentimos que está cobrando venganza, cuando en realidad, sencillamente intenta corregir el daño que hemos causado.
Una nueva visión de la naturaleza
El principio de interconexión y unidad determina que todas las partes de la naturaleza deben trabajar no para su propio sustento sino para el del sistema en conjunto. A excepción del hombre, el instinto de conservación del equilibrio es un atributo inherente en todos los niveles de la naturaleza: inanimado, vegetativo y animado. Por consiguiente, en el universo entero, la humanidad es el único elemento disociado.
Así, al corregir la naturaleza humana repararemos los demás elementos del entorno, pero si continuamos fracturando su equilibrio sólo intensificaremos y prolongaremos nuestras dificultades.
La sabiduría de la Cabalá nos enseña que el único camino que nos queda para ayudarnos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea es “trabajar” internamente, reemplazando nuestro deseo de auto complacencia por el deseo de satisfacer al sistema.
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