¿Cuál es el propósito de la familia?
Rav M.Laitman: ¡Fue creada para dar! Para transmitir, difundir y salir de
uno mismo.
¿Quiere decir que el
descontento provocado por los problemas familiares, el desamor y la ausencia de
placer se origina en el hecho que todo ocurre en contradicción a la cualidad de
la dádiva, sin comprender que el matrimonio fue creado para un hijo pero todos
buscan sólo su propio placer?
Rav M.Laitman: Correcto. Los
progenitores de algunas especies animales, ya sea mueren después de dar la vida
o se debilitan al preservar la vida de sus crías, alimentarlas y ayudarlas a
crecer.
Deberíamos aprender de ellos, porque en nosotros este
instinto está ausente. Tratamos
de llenar nuestros vacíos con la ayuda de la tecnología. Un gran número de personas trabajan
para ayudar a la mujer en el proceso natural del parto, alimentación y
desarrollo del infante. Vean
la cantidad de artículos que se producen en torno a los pequeños. Sin embargo, esto no cubre el error original que es
nuestra actitud hacia toda la cuestión.
En esta época, las personas de los países desarrollados ya
no quieren tener hijos. Buscan
tan sólo placeres egoístas y la sensación de libertad. Ya no es suficiente contar con una
habitación, el individuo quiere tener un apartamento con varias piezas para
poder estar separado de todos y de todo. Unir mi vida a otra persona, vivir en
la misma casa, traer hijos al mundo, criarlos, pensar en ellos de día y de
noche… ¿para qué? ¿Qué
placer me puede proporcionar la familia? Esta actitud no es sino el resultado
del grave desarrollo del egoísmo en el hombre.
Sólo si descubre el Mundo Superior, su siguiente estado y la
meta de la creación, va a poder ver el futuro, lo que le espera si continúa
comportándose de esta forma. Esta visión lo hará reflexionar. Al presentir el futuro como si se
tratara del presente va a ver lo que viene y por motivos egoístas va a desear
cambiar su estilo de vida. Sólo la
Cabalá , que nos revela el mundo secreto, puede darle al ser humano la visión
que lo va a impulsar a cambiar y a superar su egoísmo.
¿Necesita el hombre tener una familia para aprender a cuidar de los
demás?
Rav M.Laitman: Es este el único
motivo de su existencia. Fuimos
creados con el deseo de transmitir vida, criar y educar para así ser dadivosos
con otros elementos de la naturaleza.
La naturaleza nos dotó con un amor instintivo, animal, para que demos aún en contra de
nuestra voluntad, nos acostumbremos a ello y gradualmente vayamos alcanzando otros
niveles de dádiva.
¿Resulta que la
Fuerza Suprema creó en el hombre una falsa sensación del amor y atracción hacia alguien, como una carnada, para engendrar y criar a un nuevo ser?
Rav M.Laitman: La meta del hombre no
es traer al mundo a un pequeño egoísta igual a él y criarlo sin rumbo alguno.
Tiene que darse cuenta que el propósito supremo es alcanzar el nivel más grande
de la naturaleza, la cualidad de la dádiva y el amor. Es por eso que, tanto el hombre como
la mujer, fueron creados necesitándose el uno al otro y a los hijos para
percibir, entender, aprender
esta cualidad de la naturaleza en el nivel primitivo, en el animal, y elevarlo al nivel humano. Es por esta razón que fuimos creados
como elementos masculino y femenino y al formar la unión dar a luz a la
siguiente generación. Por
esta razón es indispensable la
institución del matrimonio.
¿Por qué entonces no es suficiente aprender a amar a mis
hijos y a mi esposa? ¿Por
qué debo amar a los demás, a todos estos billones de individuos?
Rav M.Laitman: El organismo humano
consiste de varios sistemas opuestos, recíprocamente equilibrados: los latidos
del corazón, la distensión de los vasos sanguíneos, la contracción
compensatoria y demás. Todo reposa en una aparente contradicción, en equilibrio
mutuo.
De igual forma entre las personas existen sistemas para
liberarse del egoísmo. Nuestro
egoísmo es un sistema de numerosas capas y debe probar que es capaz de dar en
muchos niveles, desde el sencillo nivel animal instintivo, hasta las capas más
altas. Por lo tanto, se
deben utilizar todas las conexiones posibles.
El cabalista trabaja en un grupo formado por hombres que
piensan igual. El
nacimiento de un “hijo espiritual” en el grupo constituye una conexión entre
ellos, su deseo común de elevarse por encima de ellos mismos. Cuando varias
docenas de hombres crean una relación mutua de amor crean la aspiración
colectiva de ascender que se llama su creación. Dan a luz refiriéndose a su
egoísmo como la parte femenina y su aspiración por la espiritualidad como la parte
masculina.
Pero es la siguiente etapa en la interacción entre la parte
masculina y femenina de nuestro mundo interior. Esta es la ejecución práctica de los
consejos de los cabalistas.
(Extracto de la charla del Rav Michael Laitman "Sobre el amor y el matrimonio")
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