Plática del Rav – Diciembre 1, 2005

Está escrito que la vela del Creador es el alma del hombre; así como la vela tiene un cuerpo y encima está la luz del Creador, de igual forma, encima de nuestro cuerpo se encuentra la Luz Divina. En la medida en que opere dentro de nosotros, nuestro cuerpo se va anulando y sólo permanece la Luz. Aquí en este lugar, hubo personas que se preocuparon tan sólo de la evolución de la vela del Creador, que pudiera encenderse en ellos y que su cuerpo fuera debilitándose cada vez más hasta quedar eliminado frente al Creador. Es por eso que venimos a este sitio a prender velas con el deseo de unirnos a las que aquí moran. Y que nuestras almas, trabajen unidas en el mundo y traigan Luz a nuestros cuerpos.

Sabes que todo está preordenado – tú no puedes llegar. El punto en el corazón determina las acciones de una persona, la dirige precisamente al único punto central, en donde se debe estar en la creación. No hay manera de escapar. Algunas personas, supuestamente, lo intentan pero no funciona. Así, el potencial espiritual en el corazón de alguien, ese punto es verdaderamente el punto central. Ese punto guía al individuo para llegar precisamente al lugar en donde se va a desarrollar ese punto, en donde uno se siente en casa.

Pregunta: ¿En casa?

En casa. Lo que quiere decir que al final, a través de este lugar, a través de este proceso de evolución, se llega a la Fuente desde donde descendió el punto. Subiendo por todos los mundos, a la misma morada del Creador, desde donde se originó el punto y que se llama “la parte del Creador que se otorga desde arriba”.

Continuará..