En realidad, ni en nuestro mundo ni en
el espiritual, el tiempo existe: Este existe solamente en nuestra
percepción. El egoísmo con respecto a las fuerzas altruístas, “expande”
nuestra conciencia de tal manera, que forma el concepto del tiempo. Es
más, en nuestro mundo, el tiempo ya no es absoluto, sino que depende de
la velocidad del movimiento (del observador), de la curvatura del
espacio, de los traslados mutuos de universos unos respecto a los otros.
Es decir, el tiempo es una percepción subjetiva de los procesos que
suceden en nuestros sentidos; por sí mismo como tal no existe.
Ustedes pueden objetar: «¿Como es esto
posible? ¡Pero si existe el tiempo astronómico, se mueven el Sol, la
Tierra!». Sin embargo, estos objetos existen solamente en nuestra
percepción. El lugar, el movimiento, el tiempo, la distancia son
fenómenos en nuestras sensaciones, deseos, pero fuera de nosotros no
existen.
Baal HaSulam: TES, Tomo 1, Contemplación interior, capítulo 9:
Movimiento espiritual significa aparición de nuevas propiedades.
Queda por aclarar las nociones de tiempo
y movimiento, que las encontramos casi en cada palabra de nuestra
ciencia. Y sabed que el movimiento espiritual no es como el movimiento
percibido por nuestros órganos de los sentidos, es decir, de un lugar a
otro. Mas bien, significa una renovación de propiedades: A cada
renovación de propiedades le llamamos movimiento. Ya que aquella
renovación, es decir la transformación de propiedades, que ha aparecido
en el objeto espiritual, a diferencia de las propiedades generales que
existían antes en este objeto espiritual, significa que se ha separado y
se ha apartado de este objeto espiritual, habiendo recibido un nombre y
una directriz propia. Y en esto es totalmente semejante a un objeto
material, del cual se desprende una parte, se desplaza y se traslada a
otro lugar, y por eso la renovación de propiedades se llama movimiento.
Tiempo
espiritual significa una determinada cantidad de nuevas
transformaciones de propiedades, siguiendo la cadena de causa – efecto.
Los conceptos de “antes y después”, significan causa y consecuencia.
Con respecto a la noción de tiempo de
acuerdo a la definición espiritual, entended que en nosotros, toda la
esencia del concepto de tiempo no es más que la sensación de
movimientos.
Ya que la razón material “imaginaria”
del hombre, representa y da forma a una cierta cantidad de movimientos,
percibidos uno después de otro, y los interpreta como imagen de un
cierto “tiempo”.
De manera tal, que si el hombre y todo
lo que le rodea permaneciera en reposo absoluto, no sería para nada
conocida la noción de tiempo. Y lo mismo ocurre en lo espiritual: Una
cierta suma de renovaciones de propiedades, determinadas como
movimientos espirituales, procedentes uno de otro en forma de causa y
consecuencia, se denomina “tiempo” en lo espiritual. En tanto que las
nociones de “antes” y “después”, significan siempre causa y
consecuencia.
(laitman.es)
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