Pregunta: Si lo entendí correctamente, la Cabalá es una ciencia que nos ayuda
a avanzar ¿Podemos decir que todo está en nuestras manos y que lo que sucederá
mañana depende de nosotros? En otras palabras, la vida no depende del azar,
sino de nuestros esfuerzos, intenciones, y trabajo.
Respuesta: ¡No hay accidentes en
la vida! Mientras más penetramos en este mundo más claramente vemos que nada es
accidental. Como niños pequeños, simplemente no conocemos
las leyes de la naturaleza cuando exclamamos “¡Ups! ¡De pronto cayó y se
quebró!” No es un accidente, es falta de conocimiento ya que no estamos
conscientes de las circunstancias que causaron este evento.
Entonces,
no hay tal cosa como un “accidente” en la naturaleza, comenzando con la
partícula más pequeña y terminando con las estructuras más complicadas. Todo
está predeterminado y cumple las leyes de la naturaleza. Debemos aprender a
seguirlas y entonces todo estará bien.
Existe
una solución muy simple a este problema. La naturaleza nos muestra los
problemas de nuestro desequilibrio con ella en la forma de crisis ¡Problemas!
Digamos que, tengo alta presión sanguínea; es un problema. Existe una condición
normal y existe una anormalidad que puedo medir y comparar con la normalidad y
equilibrarlas. Lo llamamos tratar una enfermedad y recuperar el equilibrio,
incluso si se hace de forma artificial.
Lo
mismo aplica aquí. Estamos en un estado de desequilibrio con la naturaleza, al
cual consideramos como una serie de crisis: en la ciencia, en la cultura, en
las finanzas, la economía, la sociedad humana, terrorismo (¡ustedes díganme!),
incluyendo la crisis ecológica. Tenemos que equilibrarnos con la naturaleza, es
absolutamente el mismo sistema: “Lo que está dentro, también está afuera”.
La
Cabalá nos enseña cómo permanecer en equilibrio con la naturaleza. Ciertamente observamos armonía
en la naturaleza, pero la Cabalá nos ayuda aprender más rápido. No más que eso,
“cortar” (deshacerse) de las aflicciones es el único problema siendo resuelto
aquí. Llegaremos a este punto de todas maneras. Sin embargo, el problema
también puede ser resuelto de una manera muy dramática que es mucho más intensa
que el huracán al que acabamos de sobrevivir.
Imaginen
que le huracán hubiera sucedido en alguna otra parte, no en Nueva York, sino
digamos en uno de los muchos países en desarrollo ¿Cómo hubiera lidiado ese
país con los daños? Hubiera sido llevado de regreso a la edad media y hubiera
sido imposible ayudarlos. Tal vez hubieran obtenido un par de aeroplanos con
harina, y eso es todo.
Debemos
pensar en esos asuntos. Es una lástima que las personas no se den cuenta de
cuán efectiva puede ser la “medicina espiritual” en pelear con los serios
síntomas de enfermedad.
(De la Convención de Georgia 5 de
Noviembre del 2012, Lección 1)
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