La persona que siente tener conocimiento, saber y entender por
sí mismo cómo conducir su vida o estudiar, todavía no ha pasado por el
desarrollo desde arriba hacia abajo. Y sólo después de ello, puede emprender el
camino de abajo hacia arriba.
Hasta que llegamos al punto más bajo − la plena conciencia de
nuestra naturaleza egoísta – recorremos el camino de la comprensión de nuestro
propio mal (siendo influidos por las fuerzas que nos obligan a desarrollarnos
de esta manera), llamado el camino del sufrimiento.
Siendo afectados por estas fuerzas, en cada generación, a través
del sufrimiento, cada uno de nosotros gradualmente se da cuenta y acepta (de
manera consciente o no) la mezquindad de nuestra naturaleza egoísta. De esta
forma nos acercamos a la meta de la creación.
Pero, ¡cuán largo es este camino! El punto final de este camino
es la comprensión de que el egoísmo es tan destructivo que la única forma de
evitar el sufrimiento es renunciar por completo al egoísmo. Esta parte del
camino se llama “la conciencia del mal” (Akarat HaRa).
Podemos acelerar nuestro desarrollo, para pasar por este
proceso, corrigiéndonos a nosotros mismos por medio de la Luz Superior (el
camino de la Cabalá), si aspiramos a corregirnos a través del camino de la
Cabalá en lugar del camino del sufrimiento. La diferencia entre estos dos
caminos es que la Cabalá acelera en gran medida nuestro desarrollo espiritual.
Cuanto más aspira uno a lo Alto, más claramente ve uno cuan bajo
existe y desciende aún más bajo, y más rápidamente “se pudre” como una semilla,
a sus propios ojos para, después de nacer, empezar a “brotar”.
Al principio, no nos damos cuenta de que nuestra ansia por la
espiritualidad viene de lo Alto, ¡pero de qué otra manera podría esta ansia
surgir del egoísmo! Y así deseamos la espiritualidad, sólo porque no sabemos lo
que es, pues la espiritualidad es la muerte, es completamente opuesta al
egoísmo, nuestra naturaleza actual.
Así como no podemos poner nuestra mano en el fuego, no podemos
forzarnos a recibir propiedades altruistas; son tan adversas a nosotros. Pero
el propio egoísmo nos empuja hacia lo espiritual (precisamente porque siente
placer sólo de la Luz).
(kabbalah.info/es)
0 comentarios:
Publicar un comentario