Si la vida pasa, y hay estados buenos y
malos en ella, a entonces, toda la sabiduría yace en nuestra
habilidad de disfrutar también de los estados desagradables. Esto
es lo que llamamos la sabiduría de la vida: Cómo tratar lo que es malo para ver
en ello ya sea nuestra actitud, la preparación, o parte de un buen estado.
De hecho, es realmente así, similar a la
sensación de hambre antes de ser saciada o de cansancio antes de descansar todo
lo que se ha deseado. No puede ser de otra manera. Tiene que haber “oscuridad”
antes de que “amanezca“, como está escrito: “Y fue la tarde y la mañana”.
Por ejemplo, disfruto de la idea de que
pronto me iré de vacaciones. Entonces, parto de estas vacaciones que estoy
experimentando ya, ahora mismo, aunque realmente, todavía no han empezado para
mí.
Entonces me pongo a pensar: “¿Realmente
necesito estar de vacaciones? O, ¿puedo empezar a disfrutar de ellas aquí y
ahora, incluso más que cuando comiencen? “Y de hecho, cuando en realidad nos
vamos de vacaciones, no lo disfrutamos tanto porque disfrutamos la anticipación
y la preparación para ello.
Eso es la sabiduría de la vida. Cuando la
usamos, siempre vivimos en hermosas ilusiones y disfrutamos cada momento. Y
este es un auténtico enfoque, puesto que nunca obtenemos llenado dentro el deseo.
Todo yace únicamente por encima de él.
(Consejo diario para el que está
en el camino, laitman.es)
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