¡Vengan a alegrarse, vengan a entusiasmarse!
Recordemos unos a los otros entusiasmarnos con la
grandeza de la Meta espiritual del entorno que la anhela, con la especial y
única oportunidad, del libre albedrío que se nos ha dado. ¿Cuántas personas en
el mundo tienen la posibilidad de actuar de forma libre? Si todos los hombres
actúan según el mandato de su naturaleza, entonces no hay nadie que “actúa”. Si
estoy completamente dirigido desde Arriba, este “yo” no existe. Se ha dicho:
“vine, y no hay nadie” (Isaías 50, 2).
Hay muchísimas personas, pero es como si no
existieran, ya que ninguna de ellas es libre en sus actos. Si no hay una
persona que tenga libertad de elección, entonces no hay mundo alguno, no hay
nada, fuera del mundo de la Infinidad. En relación al Creador, no existe nada.
Existe únicamente aquel que ejerce una acción libre. Imagínense esta situación:
un espacio absolutamente vacio y en él se ven sólo unos cuantos deseos que son
capaces de ejercer acciones libres. Y tú también recibes la oportunidad de ser
así de libre y convertirte en ¡humano! Entonces, reconozcamos la grandeza de esta
posibilidad especial y única.
(Consejo diario para el que está en el camino, kabbalah.info/es)
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