Existe una barrera psicológica en el
sendero del camino espiritual. Si deseo alcanzar el otorgamiento no debo
preguntar nada excepto cómo otorgar. Además, no se trata del
otorgamiento como lo define mi inteligencia egoísta en mi deseo actual. Esto
significa que no puedo pedir nada de lo que se encuentra dentro de mi
entendimiento ahora; sería opuesto al verdadero otorgamiento y el estado
espiritual. Sólo cuando paso al estado espiritual y recibo este atributo
espiritual comenzaré a examinarme con una nueva mentalidad y un nuevo corazón.
En ese momento, sentiré y entenderé dentro de los deseos del otorgamiento.
Sencillamente no puedo conocer el
otorgamiento en mis deseos egoístas; no funciona. De hecho, la primera
frase al entrar en la espiritualidad es, “cruzar el Majsom (la barrera previa al mundo
espiritual, precisamente por esa razón). La percepción del atributo de
otorgamiento está completamente separada de cualquier cosa que esté ocurriendo
en mis deseos ahora. Por consiguiente, es por encima de la razón (por encima de mi
comprensión actual) que exijo el atributo de otorgamiento. Sólo quiero saber
cómo recibir este atributo, aunque no sepa lo que significa. Por ahora, no
tengo conexión alguna con el atributo, ningún punto de contacto, o la capacidad
de experimentarlo. Sencillamente lo acepto en cualquier forma que desde Arriba
se me entregue.
Esta actitud no parece propia de una
persona seria, evolucionada e inteligente. Pero, es totalmente lo opuesto.
Aquellos que poseen percepciones de avanzada, una inteligencia y comprensión de
todo el proceso por el que atravesamos, examinan su egoísmo y constatan
cuan esclavizados y controlados nos encontramos por éste. Entienden que no
tenemos otra elección, sino elevarnos por encima de él, separándonos de nuestros
deseos presentes y la percepción y la inteligencia limitada y egoísta.
Por lo tanto, durante la lección, solo le pido a la Luz que
trabaje conmigo. No importa lo que haga. Soy como un niño que no entiende pero
se encuentra en brazos de su madre, complaciente con todo con lo que ella haga.
Tengo que alcanzar una devoción tal y anularme frente al Superior. Le suplico, “cúrame”. Más allá de esto no pido
nada más.
(Reflexión diaria, De la lección
diaria de Cabalá, El Zohar, laitman.es)
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