Extracto de las
escrituras de Rabash, “Qué es la Preparación para los arrepentimientos”:
Por lo tanto, él pide
perdón de Dios, que le de fuerza para recibir sobre sí el peso del reino de los
cielos por encima de la razón. O sea, que tenga la fuerza de superación, y de
reforzarse en la fe en Dios. Y sabrá cómo comportarse entre el hombre y este
reino con un poco de reverencia de honor.
Es decir, cuando la
persona se pase cuentas a sí misma, entonces verá que le falta solamente una
cosa. O sea, hacer una averiguación sobre cuál es la diferencia entre judío y
gentil, que para ello hacemos una bendición diariamente: “bendito seas Señor
que no me has hecho gentil”, y no pone atención a lo que dice cuando pronuncia
las palabras “que no me has hecho gentil”.
“Gentil” se denomina a
la persona que obra para sí misma, e “Israel”, “judío” es quien desea unirse
con el Creador para otorgarle. En cada persona están estas dos partes: la parte
corrupta, donde domina el ego, y la parte corregida, donde domina el atributo
de otorgamiento. Esta es la diferencia entre “gentil” e “Israel”, y muestra
todos nuestros pecados. Nosotros debemos siempre vernos en el medio. Este
examen propio significa una preparación para el nuevo cambio.
Cada uno debe
sentirse como un “habitante de Babilonia”, que elige con quien ir: con Abraham
y convertirse en “Israel” que siente al Creador y al atributo de otorgamiento,
o como el resto del mundo, por el camino del ego. Todo se mide solamente en
relación a la cualidad del Creador, la del otorgamiento, hasta cuanto queremos
que esta cualidad nos domine y nos guíe consciente o
inconscientemente. Solamente así hay que imaginarse al Creador, como una fuerza
interna que domina al hombre, y no como una fuerza externa.
Obviamente, el hombre
peca no por tener deseos egoístas, ya que así fue creado. Pero si él elige
permanecer dentro de su ego, eso si ya se denomina pecado. La primera vez no se
considera como tal (como en el caso del pecado del primer hombre). En este caso
yo sólo clarifico la acción, la causa y su resultado. Pero cuando descubro el
pecado (el ego) dentro de mí, y reconozco que me domina, quiere decir que estoy
pecando. Esta es la revisación, saber qué es lo que quiero.
(Extracto de la clase sobre el artículo de Rabash,
kabbalah.info/es)
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