"El Rabí Hya cayó a
tierra, besó el polvo y llorando dijo..."
El
Libro del Zohar, introducción, punto 49.
Existe una historia
sobre el Rabí Hya, uno de los principales estudiantes de Rabí Shimon
Bar-Yochai, los mismos con quienes escribió El Libro del Zohar. La
historia comienza con una pregunta que el Rabí Hya hizo acerca del alma de su
maestro.
Desde las alturas de su
alcance espiritual, el Rabí Hya vio que las almas retornan a su raíz, a su alto
estado espiritual, sólo después que corrigen los deseos egoístas que existen
dentro de ellas. Por esta razón, el Rabí Hya preguntó cómo un alma tan elevada
como la del Rabbi Shimon no podía completar su corrección, sino que debía
esperar hasta que las otras almas también completaran las suyas.
El Rabí Hya no podía
comprender cómo tan gran cabalista, a través de quien la Luz se esparcía por el
mundo entero, no podía corregirse él mismo hasta que la última persona no
hubiera completado su vocación espiritual. El Zohar dice
que esta pregunta puso al Rabbi Hya en tan grande confusión que cayó al suelo y
llorando dijo: "Polvo, ¡Oh, polvo!, ¿Cómo puedes ser tan obstinado, tan
insolente? Tú consumes todos los pilares de la luz en el mundo, ¿Cómo puedes
ser tan atrevido? La Luz sagrada que se esparcía por el orbe, el Rabí Shimon
Bar-Yochai, cuyos méritos sostienen el mundo, ha sido devorado por ti."
Según la sabiduría de la
Cabalá, las personas reencarnan en este mundo para corregir sus almas. El
proceso de corrección se inicia con el deseo del Creador de conceder toda la
abundancia y bondad que Él posee. Por esta razón, Él creó una criatura llamada
"el alma colectiva (común)."
Posteriormente, la
criatura fue despedazada en muchos fragmentos llamados "las almas."
Estas almas perdieron su contacto con el Creador. Se apartaron a enorme
distancia de Él y finalmente llegaron al estado más bajo de la existencia,
llamado "este mundo." A partir de este estado, la gente debe comenzar
a corregir sus almas para reunirse con el Creador.
La sabiduría de la
Cabalá explica que el proceso de corrección debe ocurrir cuando el individuo
aún está vivo en este mundo, investido en un cuerpo de carne y hueso. El
propósito del proceso es permitirle a las almas que alcancen su contacto con el
Creador independientemente, pero durante este tiempo ellas deben hacerlo de
manera consciente y por su propia voluntad.
Antes de su descenso a
este mundo, las almas estaban conectadas en el mundo espiritual a través de
lazos de amor y de entrega. Su descenso a este mundo simboliza la indiferencia
de las almas unas con respecto a las otras hasta el punto actual, su
incapacidad de percibir su interconexión. Nuestra misión es reconstruir esas
conexiones mientras vivimos en este mundo y gradualmente regresar a nuestro
completo estado inicial. Al final del proceso, llamado Gmar Tikkun ha
Pratti (El Fin de la Corrección Individual) cada alma se
corrige a sí misma y retorna al mundo espiritual. El estado en el cual todas
las almas se corrigen a sí mismas se llamaGmar Tikkun ha Klali, (El
Final de la Corrección Colectiva).
El "polvo"
sobre el cual cayó el Rabí Hya en la historia simboliza las almas no
corregidas que, en su estado de corrupción, le impiden a las almas superiores
alcanzar el Gmar Tikkun. El Rabí Hya no podía aceptar el hecho de
que este proceso detuviera el alma del Rabí Shimon, que igualmente estaba
forzada a esperar elGmar Tikkun colectivo para su
propia corrección. Es por esto que el Rabí Hya exigía "ver" al Rabí
Shimon, lo cual significa subir a un estado en el cual él pudiera entender el
orden de la corrección de las almas y así recibir respuesta a su pregunta.
Sin embargo, la petición
del Rabí Hya fue rechazada, pues él aún no tenía merecimientos para alcanzar
ese sublime estado. Como respuesta, el Rabí Hya decidió "ayunar durante
cuarenta días." En la Cabalá, este acto representa la adquisición de la
cualidad de Biná, representada por la letra hebrea Mem (cuyo
valor numérico es 40.) Luego que la petición del Rabí Hya fue rechazada
por segunda vez, él continuó ayunando por otros cuarenta días, corrigiéndose a
sí mismo aun más y alcanzando un grado espiritual más elevado. Sólo entonces
fue elevado al "Excelso Seminario", un estado en donde todas las
almas corregidas están entrelazadas mediante el amor, unidas con el Creador y
plenas de la Luz Superior.
Cuando el Rabí Hya subió
a ese estado, aparentemente se observó a sí mismo desde afuera y descubrió que
su alma ya estaba allí, entre las almas corregidas, en el estado de Gmar Tikkun.
Esto le maravilló aun más: ¿cómo podía su estado corregido existir antes de que
él, el Rabí Hya, hubiera completado la corrección de su alma?
El Libro del Zohar emplea
esta historia del Rabí Hya como vehículo para explicar que la realidad total ya
existe. Ya estamos incluidos en el estado de Gmar Tikkun,
en toda nuestra gloria y esplendor. Este mundo, sin embargo, es sólo una falsa
imagen que experimentamos en nuestro actual estado de desarrollo.
El Zohar revela
una nueva perspectiva sobre la vida: que todos los problemas y sufrimientos que
experimentamos están previstos para hacernos comprender nuestras propias
imperfecciones. Para ascender hasta la percepción de la realidad total,
necesitamos preferir lo interno sobre lo externo, descubrir oportunidades de
incorporar la sabiduría de la Cabalá dentro de nuestras vidas. Cuando lo
hagamos, ascenderemos, igual que el Rabí Hya, a un estado espiritual más
elevado, a la realidad dentro de la cual existimos verdaderamente. Dentro de
ese estado seremos como todos los cabalistas antes de nosotros, y descubriremos
la realidad donde todas las almas están unidas en su estado perfecto.
(kabbalah.info/es)
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