El hombre siente los deseos, los cuales
despiertan en él, y basado sólo en ellos percibe la realidad, la siente y vive
en ella. La percepción del mundo depende de los datos de información (Reshimot)
revelados en una persona y es por eso que las personas no se entienden entre
sí. En realidad, cada persona ve, siente, percibe e interpreta lo que sucede de
acuerdo a sus propias necesidades.
Aparte de esto, no hay dos momentos similares, ya
que nuevos deseos surgen en nosotros todo el tiempo y de acuerdo a ellos
también lo hacen los pensamientos. Es decir que la percepción de la realidad
cambia constantemente: Una persona nunca permanece como la misma persona. A
partir de esto, uno necesita entender que no tenemos posibilidad de juzgarnos
en nuestros propios estados, o más aun juzgar a otros.
Esto es porque cada persona está controlada por ese brote de
deseo que despierta en él en ese momento. La única decisión es aprender cómo
apuntar hacia lo común y la unidad, por encima de todos los deseos. Y si todos
nosotros estamos conectándonos mutuamente el uno en el otro, entonces podemos
llegar al “común denominador”, el cual es llamado el centro del grupo, la
unidad, el punto de conexión, Maljut, la colección de todas las almas,
anhelando al Creador (Knesset Israel).
Es imposible juzgar cualidades y percepciones en particular en
cada persona en un momento dado ya que esto está predeterminado desde arriba.
Existen personas que vienen a estudiar porque quieren recibir conocimiento y
automáticamente memorizar lo que está escrito. Existen aquellos, que están
buscando nuevas percepciones, posibilidades de descubrir la Luz superior,
ángeles, y espíritus.
Existen personas que por su naturaleza son más cercanos a este
método e instintivamente anhelan la unidad, mientras que otros, habiendo
estudiado a la perfección todos los artículos acerca del grupo, sin embargo, no
pueden entender que se trata de ellos y que necesitan realizar esto en ellos.
De forma alterna, están de acuerdo en realizarlo, pero sólo externamente, como
ritos religiosos, en lugar de invertir su corazón en esto.
Todas las personas son diferentes, y basado en esto, no podemos
juzgar a una persona. Su comportamiento se deriva de la raíz de su alma y hay
muchos caminos que llevan al Creador. Es por eso que sólo es necesario el
anhelo para que cada persona esté bajo la máxima influencia del entorno
correcto, el cual lo ayudará a moverse en su propio camino a su propio ritmo, y
sucederá lo que tenga que suceder.
Necesitamos ser más pacientes y tolerantes entre nosotros con
respecto a las cosas que tienen que ver con el desarrollo espiritual. Porque
aquí una persona posee libertad de elección sólo en unirse a el entorno
correcto. Y esto depende del tipo de Reshimot que serán reveladas en ellos y
qué tipo de luz ejercerá influencia en él. Y el ritmo y orden al movernos hacia
adelante al unirnos al grupo son muy diferentes de persona a persona.
Existen personas, que comprenden estos principios muy
rápidamente y están dispuestos a la unidad. Sin embargo, esto puede ser porque
tienen un deseo muy débil, que no alcanza a cubrir el valor de la unidad para
ellos. Mientras en otros puede haber un deseo egoísta muy grande y rígido, y es
por eso que es muy difícil para ellos aceptar que toda la meta espiritual es revelada
dentro de la unidad con otros.
No son capaces de anexar la importancia de el carácter común y
es por eso que van hacia adelante de otra forma, la mayor parte del camino en
oscuridad, en ocultamiento, con muchas dificultades. Sin embargo, más tarde, de
pronto, sucede un salto hacia adelante.
(De la preparación para la Lección diaria de Cabalá, laitman.es)
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