¿Dónde está el mundo superior?
Cuando se habla del
mundo superior, que se encuentra por encima de nuestro mundo, la sabiduría de
la Cabalá no se refiere a una altura normal, como si fuera un techo o las
estrellas en el cielo; está hablando de características humanas internas y
superiores. A veces decimos: ‘Que persona tan grande, está por encima de
todos’, pero no nos referimos a su estatura. Napoleón midió un metro y medio de
altura, al mismo tiempo, fue una gran personalidad. Así que es necesario, en
primer lugar, aclarar, lo que significa ‘bajo’ y ‘alto’.
En Cábala, ‘más alto’ significa ‘superior’, según sus características.
Las características superiores son otorgamiento, amor, conexión y unidad. Y si
decimos que la persona es baja e inferior, nos estamos refiriendo a sus
características sombrías, no a su altura.
Así que llamamos mundo espiritual al mundo superior, porque el
amor y la unidad residen allí. Y es posible acercarse a él especialmente
gracias a conexión y unidad.
¿Por qué no sentimos al Creador? Porque no hay unidad entre
nosotros. Si queremos sentir la fuerza que rodea, envuelve e incluye a toda la
creación, tenemos que conectarnos y llegar a ser como uno.
¿Cómo revelar al mundo superior?
En este mundo hay una condición especial para empezar a sentir el mundo superior: la creación de una pequeña sociedad, un mínimo de diez personas, que traten de estar constantemente interconectadas, como un organismo vivo, con una conexión buena, integral y completa. La sabiduría de la Cabalá dice que incluso si diez personas se
conectan y se unen como una sola, sentirán la fuerza superior, el mundo
superior. Es específicamente esta conexión la que tratamos de poner en práctica
en grupos cabalísticos.
Y esta es la esencia del método que se describe en los libros
originales de Cábala como El Libro del Zohar y los libros originales del Ari y
Baal HaSulam.
Diez personas se sientan juntas estudian y hablan acerca de la
conexión entre ellas, mientras cada una se anula ante las otras y así se unen. A través de esta unidad, llegan a una sensación de que el mundo superior
es revelado entre ellas.
Si tratamos de establecer una estructura así, entre nosotros,
poco a poco empezaremos a sentir nuevas propiedades integrales. Pero no
pertenecerán a ninguno de los diez participantes; sino que serán una propiedad
común.
El deseo general que manifestamos para conectarnos como una sola
persona espiritual, es lo que creamos; complementamos nuestros pensamientos y
eso se convertirá en nuestra mente compartida. Como resultado, se crea una
nueva unión
espiritual: una persona que se forma con las diez.
Cada quien lo experimenta por sí mismo, porque cuando entramos
en esa imagen, lo sentimos en nosotros. Nos disolvemos y juntos comenzamos a
convertirnos en un solo sistema, un solo sentido.
Hallar el equilibrio entre el interés propio y el nuevo
sistema -otorgamiento, integración y salir de ti mismo- en Cábala se llama ‘amor’.
El amor es un estado en el que satisfaces los deseos de otros, sin querer nada
por ti mismo. Esto es lo contrario de la situación actual de la naturaleza
humana.
En el momento en que se llega a este estado, al menos en un
nivel mínimo, podemos equilibrar el ego, porque estos estados son regulados;
inmediatamente sentiremos dónde estamos.
A nuestro alrededor se manifiesta la fuerza que controla al
mundo. Comenzamos a sentir la existencia dentro de una red de fuerzas y
entonces, será claro lo que está pasando con nosotros y lo que debe hacerse.
Esa es nuestra misión. (Extractos del blog laitman.es)
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