“Ama a tu prójimo como a ti mismo” es la ley general del universo. Si el hombre en este mundo desea existir en armonía con la ley general del universo, está obligado a cambiar y adaptarse a ésta. La causa de todo el sufrimiento en el mundo reside en nuestra oposición a esta ley general.
Trata de preocuparte por tu amigo como te preocupas por ti mismo. Tú debes rendirte a ti mismo cuentas en qué medida te preocupas por ti mismo, sobre cada detalle, y en la misma medida y la misma profundidad, preocuparte por un amigo.
Desde este cálculo veras tu naturaleza propia, cuanto es opuesta al otorgamiento al prójimo, cuanto tú estás lejos o cerca del prójimo. Comienza a investigar la naturaleza. Aparte de odio y amor, no tenemos en la naturaleza más nada. Hagan esta cuenta en lo mundano y verán.
(Consejo diario para el que está en el camino, kabbalah.info/es)
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