Mi tarea es transformar mi naturaleza. Esto significa que tengo que cambiar todas mis inclinaciones por completo.
No voy a tomar nada de lo que tengo ahora conmigo en la espiritualidad: ni la razón ni sentimientos, ni puntos de vista, criterios, o cálculos. Esto plantea enormes obstáculos, casi insuperables frente a la gente inteligente y ellos a menudo fallan. Uno necesita ser verdaderamente sabio para abandonar la propia mente.
Una persona lista cree que su lógica funciona perfectamente bien en nuestro mundo, y es difícil para él imaginar que es impotente en el camino espiritual. “mente, energía y perseverancia son mis fortalezas. ¿No es eso suficiente? “
En realidad, esa persona no tiene nada más de aguda inteligencia y sensibilidad, pero aquí está el truco: Esa no es la moneda que compras tu boleto en el mundo espiritual. Allí, necesitas fe. ¿Qué es?
La fe es un poder que recibes de Arriba, de la Luz. No la tienes dentro de ti, está por encima de tu mente y sentimientos, sobre quien eres actualmente. Una influencia superior viene, y sientes como si algo penetrara en el interior, despierta en ti una consideración que es opuesta a todo lo que eres.
Entonces, comienzas a relacionarte con la realidad de una manera invertida. Acostumbras mirar todo a través del prisma de la ganancia personal. Ahora, sin embargo, no te tomas en cuenta a ti, sino la unidad. Es tan extraño que es indescriptible, pero, sin embargo, una consideración nueva se crea en ti, y ahora no puedes regresar a la antigua.
Es cierto que hay estados intermedios, pero después de una persona “sale de Egipto”, llega a una consideración mayor, abandonar por completo sus prioridades anteriores. Después de todo, su inteligencia y riqueza de sentimientos, experiencias, reflexiones sólo dejan de trabajar.
Es por eso que se dice, “No es un sabio quien aprende”. Por lo general, el éxito no está a favor de las mentes más brillantes. En realidad, ellos en particular necesitan una gran cantidad de perseverancia y suerte para irrumpir en el Mundo Superior.
(De la 1º parte de la lección diaria de Cabalá del 26 de Diciembre 2010, “Cuál es el grado de arrepentimiento”)
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