PREGUNTA: Los estudios actuales muestran que las neuronas
en el cerebro se vuelven flexibles cuando se conectan. La “materia” permanece
igual, pero cambian las conexiones mutuas en ésta ¿Es posible extraer una
analogía entre la “materia” del cerebro y la “materia” del deseo de recibir?
RESPUESTA: Nosotros
nunca seremos capaces de entender la manera en que opera el cerebro usando
herramientas científicas “corporales”. Supongo que los científicos ya saben
esto. El cerebro depende de su estado actual, de manera que los datos en este
campo difícilmente permiten que los investigadores lleguen a reglas
estadísticas o que encuentren alguna consistencia. El cerebro no es sólo “un
kilo y medio de materia gris”. Este cambia constantemente y aunque clasificamos
las funciones de todas sus partes, éstas aún pueden realizar funciones
totalmente diferentes.
En la
“cabeza” del Partzuf espiritual, donde se toman las
decisiones, existe una Luz Directa y una Luz que Retorna, la conexión
entre el Creador y el ser creado. Es lo mismo en nuestro cerebro, pero a
diferente nivel. Así que si no descubrimos la parte del Creador en nosotros, no
seremos capaces de descubrir los principios del trabajo del cerebro. Esto se
debe a que la mitad de la imagen difícilmente puede ser vista en la niebla y no
sabemos qué la opera.
En
general, podemos comparar nuestro cerebro con un detector que recibe señales
del espacio a nuestro alrededor. Así que no hay gran significado en examinarlo
separadamente de este espacio. Si estudiamos sólo el cerebro en sí mismo y
dejamos fuera de la imagen su conexión con la fuente de los datos, nunca
sabremos nada. Esto es debido a que nuestro cerebro percibe información externa
importante desde algún campo.
Nosotros
estamos construidos en una manera definitiva: nuestra naturaleza se divide en
niveles inanimado, vegetativo, animado y hablante, nosotros mismos nos
dividimos enPartzufim, Sefirot, en partes de acuerdo al
grosor de nuestro deseo y a la pureza del Masaj (pantalla), pero en realidad en la espiritualidad todo es uno, y todo
es una totalidad donde existimos. Es donde existen el pasado, el presente y el
futuro, las tres etapas de nuestro desarrollo, todo está ahí.
La
actividad cerebral es como un receptor o una actividad mutua dentro de un
sistema, que yo percibo sólo en la medida de mi propio otorgamiento. Podemos
decir que el cerebro es parte del sistema general. Pero de hecho el cerebro, la
mente, se esparce sobre todo el Ein Sof (Infinito), el
cual la persona tiene que alcanzar. Mientras tanto, sólo sentimos partes de
este.
No creo
que la ciencia vaya a seguir el viejo enfoque. Llegará el tiempo en que los
científicos se detendrán, cambiarán su enfoque, y comenzaran a descubrir un
nivel más alto, justo como en el pasado la humanidad pasó de usar máquinas de
vapor a usar motores de combustión interna. Los investigadores del cerebro
querrán elevarse a la “capa de información” que está por encima de nuestro
mundo. Es sólo a partir de ahí que ellos serán capaces de seguir con sus
estudios, mientras que el enfoque actual no los llevará a nada.
(De la Lección Diaria de Cabalá, “Introducción al Libro del Zóhar”)
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