En la sabiduría de la Cabalá,
cuando hablamos de “materia”, nos referimos al deseo. En un nivel
fundamental, el deseo es sólo un impulso inanimado de auto preservación, el más
“perezoso” de los deseos. Este se satisface solo con la preservación de su
estructura, con que nada lo lastime o ayude a ello. Lo principal es permanecer
para siempre así. Este es el más simple deseo, un rechazo eterno de desarrollo
alguno. Como el flujo del agua, el deseo inanimado es aspirar a una vida más
estable, y la más estable está abajo.
Los problemas comienzan cuando el desarrollo del deseo
se vuelve más “pesado” como los elementos que se encuentran al final de la
Tabla Periódica de Mendel. Estos ya no son estables y por lo tanto están listos
para “iluminar”, para que emitir radiación. Hay momentos en los cuales ellos se
rompen.
En general, todo lo técnico, toda nuestra tecnología,
está basada en el nivel inanimado. Solo recientemente hemos comenzado a entrar
en las células vivas con la ayuda de la biotecnología. Hasta ahora, nos hemos
sentido satisfechos con el nivel más bajo de la materia, lo cual resulta al ser
muy ricos y grandes. No se trata de rechazar algo solamente; sino que es
posible utilizarlo de varias maneras.
Por ejemplo, al conectar los metales, nosotros
obtenemos resultados asombrosos. Incluso los semiconductores y componentes de
los sistemas electrónicos son el resultado de aleaciones de metales, debido a
la adición o sustracción de electrones, debido a las diferencias entre las
sustancias. En resumen, sólo en el nivel inanimado usamos una variedad de
formas más rica, y algunas todavía no las conocemos, y con respecto al nivel
vegetativo, somos unos completos aficionados.
Pregunta: ¿Por qué hay específicamente
un potencial de energía intensa en la materia inanimada? Las explosiones
nucleares, los procesos estelares, ¿parece que ésta anhelara el reposo?
Respuesta: El nivel
vegetativo absorbe sustancias del medio ambiente y las usa para desarrollarse,
pero el nivel inanimado sólo quiere preservarse a sí mismo. El estado ideal
para este es un medio ambiente estable en el que él también sea estable, y, por
el contrario, la influencia el medio ambiente, no lo desarrolla. En vez de
ello, se rompe, se destruye y lo “mata”. Las plantas absorben lo que es útil
para ellas y emiten lo que es dañino, y así se desarrollan. Incluso si el nivel
inanimado emite o expulsa algo, es sólo para seguir siendo más aún inanimado.
Las sustancias radiactivas, finalmente dejan de irradiar, aunque esto puede
tomar cientos y miles de años, puesto que en los niveles inferiores, los
procesos progresan al más lento ritmo. En cualquier caso, todo este tiende
hacia el reposo, emitiendo sólo lo que no lo ayuda a mantener un estado estático.
Por lo tanto la energía, la cual se origina en la
naturaleza, se deriva de la comunicación entre la
Luz y la vasija o en otras palabras, de un conflicto entre opuestos.
Si nosotros podemos crear resistencia entre el más (+) y el menos (-),
obtenemos energía y la utilizamos. Esto es relevante para la energía nuclear.
Nosotros creamos esto con la ayuda de la resistencia, y si esta resistencia no
existe, en contraste, empujamos un opuesto contra el otro dando como resultado
una explosión.
Incidentalmente, en una explosión atómica, primero se
produce una activación de una explosión regular que junta dos partes opuestas
hasta tal punto que comienzan a emitir la energía de una explosión nuclear. Claramente,
yo estoy dando una descripción primitiva de estos procesos solo a modo de
ilustración y no en detalle.
Por lo tanto, cuando hay una falta de resistencia
cuando se juntan los opuestos, esto conduce a un “corto circuito” y a la
destrucción. En la Cabalá, esta resistencia es llamada una pantalla (Masaj).
Cuando nosotros tenemos una pantalla, obtenemos energía positiva para el
trabajo espiritual, y cuando no la tenemos, la Luz entra a la esencia del deseo
y lo rompe.
Pregunta: Aun así, ¿por
qué se libera una energía tan intensa en una explosión nuclear en el nivel
inanimado de la naturaleza?
Respuesta: En efecto, esta
energía destruye al vegetativo y al animado regresándolos al nivel inanimado.
Esto ocurre debido a que el nivel inanimado es el nivel fundamental del
desarrollo. Todo comienza de allá, y éste está listo para destruir,
regresándolo todo a su fuente.
Sin embargo, en cualquier caso, la fuente principal de
energía son la Luz, el Kli (el deseo), y la resistencia entre ellos.
En cada nivel, podemos utilizar esta energía sólo si
controlamos el estado. En la actualidad, nosotros podemos controlar bien los
procesos sólo en el nivel inanimado. En cuanto a los otros niveles, todavía no
hemos aprendido a usarlos porque aún no los conocemos ni estamos conectados con
la fuente de la vida. Tenemos en nuestras manos sólo el más y el menos del
nivel inanimado, y en los demás niveles todavía debemos asemejarnos en la forma
a la vida real, es decir, necesitamos una pantalla con la Luz Reflejada.
Por lo tanto, hasta el día de hoy, nosotros no
entendemos los mecanismos más profundos que son característicos del mundo
vegetativo y animado. Es cierto que investigamos diversos fenómenos, pero aún
no tocamos la esencia, la fuerza interior, vital. Se nos escapa, debido a que
ésta se desarrolla en concordancia con la espiritualidad.
Por lo tanto, la vida es un fenómeno único. Todas las
condiciones están formadas de manera que sólo haya un lugar en la creación,
como el punto en el corazón, donde el nivel se
desarrolla en nivel inanimado dentro del vegetativo. Todos los componentes y
factores de aquí al Infinito están conectados entre sí para despertar el
desarrollo de la naturaleza vegetativa, animada, y hablante en la Tierra. En
este sentido, la Tierra puede decirse que se encuentra en el centro de todo el
universo.
(De la Lección diaria de Cabalá,
“Introducción al Libro del Zóhar”, laitman.es)
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