Existen diferentes niveles dentro de nuestro deseo
de disfrutar, los cuales son deseos que aún no se han formado completamente
para la recepción egoísta del 4º grado, el último. Están en los grados 0, 1, 2, y 3. Dentro de ellos sentimos
varias oportunidades de disfrutar algo. Esas son nuestras “primeras nueve Sefirot”
egoístas. Después de eso, la última etapa soy yo, Maljut,
deseando disfrutar a través de ellas.
Sin embargo, en el deseo de otorgar, surgen otras
oportunidades ante mí (disfrutar por el bien del otorgamiento en lugar de la
recepción). Si hago una restricción en mi deseo de recibir y comienzo a pensar
en cómo puedo otorgar al prójimo, entonces frente a mí veo todo tipo de
posibilidades de otorgamiento en relación al deseo egoísta que he restringido.
Por lo tanto, siento que estoy construido a partir
de las “primeras nueve Sefirot” y Maljut, y empiezo a trabajar en la práctica para
realizarme a través de las oportunidades del otorgamiento que se me revelan.
Eso significa que Maljut trabaja con las primeras nueve Sefirot.
Si examinamos la conexión entre nosotros, entonces
cada uno de nosotros es Maljut, mientras que “las primeras nueve Sefirot”
son lo que me conecta con otros. La distancia entre el amigo y yo se me revela
como las “primeras nueve Sefirot” si quiero otorgarle. Y según el grado en el
que pueda realizarlas dentro de mí con el fin de darles a esas nueve Sefirot la
fuerza de otorgamiento, a ese grado les anexo mi Maljut a
ellas. De esa manera recorro la distancia entre ellas desde la “cabeza” (Rosh del Partzuf,
a partir del cálculo) hasta su parte interna (Toj, donde
la Luz es revelada).
Esto está determinado por el grado al cual fui capaz
de elevar mi deseo y anexarlo a la conexión entre nosotros con el fin de
realizar en la práctica esas primeras nueve Sefirot. Ahora el
“cuerpo interior” de mi Partzuf espiritual se forma entre nosotros. Y su
“final” es mis deseos, que han permanecido bajo restricción, el cual aún no
puedo usar.
Después de eso las condiciones cambian y una vez más
trabajo de la misma manera. Así es como atravieso por 125
niveles hasta que uso todo mi deseo en toda su profundidad. El principio
importante aquí es que sólo mi deseo trabaja, mientras que las “primeras
nueve Sefirot”
cambian de acuerdo a este.
Material relacionado:
Partzuf espiritual
Bina: Entrando en la vida adulta
Todo el universo en tan solo diez sefirot
0 comentarios:
Publicar un comentario