MUNDOS PARALELOS
La singularidad de El Zóhar radica en que crea para nosotros una proyección del mundo espiritual en nuestro mundo. Fue escrito en dos lenguas comunes en la antigua Babilonia: hebreo y arameo. Pero emplea dos lenguajes que representan dos niveles de percepción. Uno, narra las historias en imágenes correspondientes a nuestro mundo familiar, mientras que el otro nos lleva a una dimensión espiritual, revelándonos dos mundos paralelos. Nos cuenta historias de este mundo y, al mismo tiempo, nos habla acerca de su origen en el Mundo Superior, suscitando la imagen de un mundo que se sobrepone al otro.
Nos encontramos así entre dos mundos: aquel con el que estamos familiarizados y ese otro que no podemos percibir, pero que de alguna forma sentimos que se encuentra allí. Sin embargo, esta imagen de dos mundos existe solamente en nuestra imaginación. En realidad se trata de una imagen completa que percibimos como si fueran dos. En nuestro mundo, las imágenes son visuales y las vemos, las sentimos y las entendemos. Pero las imágenes del Mundo Superior reflejan los atributos a manera de cualidades, fuerzas, deseos e intenciones. Para empezar a sentir los dos mundos como uno solo, necesitamos imaginar que nos encontramos en ese nivel espiritual, situarnos allí, y existir a través del estado en que vivimos en estas dos dimensiones.
Para experimentar este fascinante viaje espiritual necesitamos imaginar que El Zóhar nos habla acerca de nosotros mismos y de los estados espirituales por los cuales transitamos. Tenemos que sentirnos tan “sedientos” de esta experiencia, pensando que somos como un pozo vacío. Entonces simplemente al seguir el texto, dejando que fluya dentro de nosotros e intentando sentir la imagen que El Zóhar nos dibuja, empezaremos a tocar y a sentir el Mundo Superior y nos acercaremos a nuestro nacimiento en el mundo espiritual.
Díganme ahora, ¿no es este libro una de las maravillas de este mundo?
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