Todos los eventos descritos en la
historia de Purim son
indicios de las correcciones que tenemos que atravesar. Es
importante traducir esas correcciones del lenguaje poético, colorido de la
leyenda a los cambios internos cualitativos para entender que está hablando
sólo acerca de cómo reforzar la conexión entre nosotros.
En el comienzo del rollo (Meguilát)
se habla de la nación de Israel, diciendo que existe una nación que está
dispersa entre otras naciones. Esto quiere decir que el egoísmo entra entre las
personas que aspiran “directo al Creador” (Isra-El, Iashár-El).
Este ego que los separa lleva a esta nación a la amenaza de la aniquilación.
Pero cuando la nación de Israel (es
decir todos quienes aspiran al Creador) entiende que es necesario unirse, y
realizan acciones por el bien de esta unidad, entonces la fuerza de Mordejái
asciende y la fuerza de Hamán cae, y somos capaces de tomar el control sobre
nuestro egoísmo, por encima del odio que nos separa.
Cada uno de nosotros contiene su propio
Hamán, y podemos “colgarlo de un árbol”, en el árbol de la muerte que se
convierte en árbol de la vida. Así es como llegamos a la revelación del
Creador. Meguilát Ester (el rollo de Esther, “la revelación de
lo oculto” porque “Megalé” significa revelar, y “Ester” significa
ocultamiento) oculta y revela al Creador. Al trabajar con esas fuerzas llamadas
Mordejái y Ester, alcanzamos la revelación del Creador.
El Creador, la fuerza superior, nunca es
mencionado directamente en la Meguilát. Habla acerca del Rey
Ajashverósh, pero no del Creador porque Él está oculto como resultado del
llenado de los Kelím no corregidos. El Creador sólo es sentido
en los Kelím corregidos como su otorgamiento mutuo. El mismo
amor que sentimos uno por otro en nuestro estado no corregido es la revelación
de la fuerza superior, el Creador.
Cuando leemos la Meguilát Ester,
lo importante no es simplemente descifrar qué cualidades espirituales se
ocultan detrás de qué personajes: Dónde están Zeir Ánpin, Máljut (la
Reina Esther), qué oculta y como se une con Zeir Ánpin, y Mordejái (Bína).
Mordejái es la cualidad de otorgamiento, Bína, mientras que Hamán
es todos los mundos impuros de ABYA, el deseo impuro, Klipá,
la serpiente, el “mono” en lugar del humano (un mono, Kof, es
escrito como la letra Kuf, una larga línea que desciende debajo de la línea de
las letras como la cola de un mono y alimenta los deseos impuros). Aun así, lo
más importante es encontrar qué sensaciones son indicadas por esas nociones en
las relaciones entre nosotros.
(De la lección diaria de
Cabalá, Shamati, laitman.es)
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